Y te das cuenta de que la vida no es como tú querías que fuera. Que la
gente que te dijo que estaría siempre ya no está y que las que juraron
que no podían vivir sin ti pueden hacerlo. Y que también te das cuenta
de que nadie es imprescindible, ni siquiera él. Que hasta tú puedes
vivir sin gente que pensabas que no podrías. Que te das cuenta de que
cuando acaba un amor no es el fin del mundo. Tú puedes sin él, y el
puede sin ti. Todo eso de 'no sé ser sin ti' no es así, y te das cuenta
que tu vida gira sola, sin necesidad de nadie más que tú mismo.
Y aunque te duela, vas a darte cuenta de que el 'nunca más' nunca se cumple, y el 'para siempre' siempre acaba.
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